miércoles, 26 de diciembre de 2012


Aun continúo temiendo de aquellas cosas que un día me hicieron feliz
Aun continúo sintiendo el vacío que dejan tantas gratitudes
Las cosas no han sido fáciles y aun te tengo en mi mente
Como una bala en el cerebro
¿Todavía crees en mi locura?
Aun estoy intrigado
¿Por qué mi habla?
¿Por qué mi pensar?
¿Por qué  mis sueños?
¿Por qué esta vida?
¿Por qué tu y yo?
¿Por qué el hoy?
Cada segundo es un pasado que se va haciendo una eternidad
El presente dura tan poco
El futuro llega tan deprisa que la muerte me arranca la vida
¿Y si mi alma fuera infinita?
¿Estarías conmigo siempre?
¿Siempre?

viernes, 29 de junio de 2012

LO QUE NO SE VE DE NATIONAL GEOGRAFIC

ESTAS IMAGENES FUERON OMITIDAS DE UN VIDEO DE NATGEO
EN LAS IMAGENES SE APRECIA COMO 2 PINGÜINOS SON DEVORADOS
IMAGENES FUERTES PERO...... ASI ES LA VIDA





AQUI COMIENZA A ACTUAR LA NATURALEZA








sábado, 21 de abril de 2012

Cerrando Circulos




Cerrando Círculos (Paulo Coelho)

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas" por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!

miércoles, 21 de marzo de 2012

21 de Marzo de 1991 - 21 de Marzo de 2012


Déjenme tratar de recordar como fue este día 21 de Marzo de hace 21 años
Después de 15 días de estar fuera de casa, tomando con conocidos y desconocidos y después de una visita a unos bares y a un espectáculo de lucha libre, amanecí en una casa desconocida, rodeado de perros doberman.
Mi intención era salir como a las 7 de la mañana para llegar temprano a casa y llevar mi día de lo más normal pero los perros no me dejaban salir ni al baño.
Tuve que esperar hasta que el dueño de la casa se levanto para que quitara a los perros y así poder ir al baño y encaminarme a casa.
Serían cerca de las 10 de la mañana cuando por fin pude salir y regresar a casa.
Para eso de las 11 de la mañana llegue y mi mamá estaba lavando ropa. Puse mis cosas sobre un sillón y me deje caer en otro. Mi mamá se acercó y comenzó a decirme:
¿Ya? ¿Ya se digno el hombre a regresar a casa?
Con cierto dejo de incomodidad guarde silencio. Pasados unos minutos mi mamá suavizo su actitud y me ofreció de desayunar.
Después de un leve regaño comenzamos a platicar y ella comento
En la mañana pregunto tu papá por ti, pregunto que si ya habías llegado. Que en cuanto llegaras le llamaras por teléfono porque tenía mucho trabajo y quería que le ayudaras.
En esos momentos, mi resaca era más grande que las ganas de tomar el teléfono y escuchar que tenía que trabajar. No lo llame.
Todo transcurría de la manera más normal hasta como a eso de las 3 de tarde.
Me senté en la escalera que da entrada a la casa, prendí un cigarrillo y contemplaba a lo lejos la ciudad.
Recuerdo que un carro se detuvo afuera de la casa del cual descendieron mi tía (hermana de mi mamá) y su esposo. Mi tía traía cara de preocupación y mi tío no se diga, estaba con lagrimas en los ojos. Los saludé y pregunte ¿Cómo están? ¿Qué paso? ¿Por qué esa cara? Me llevaron para adentro a la casa y mi tío me pidió que me sentara y me obligo a sentarme de un empujón.
Solo dijo
“Tu papá”.
Pregunte
¿Mi papá? ¿Qué tiene mi papá?
En ese momento me vinieron a la memoria miles de recuerdos y situaciones que vivimos toda la familia en 1981 cuando mi papá tuvo un derrame cerebral y que le paralizo medio cuerpo.
Mi tío solo dijo:
Tu papá acaba de fallecer
De pronto todo se volvió oscuro. El día era soleado como el de hoy. No sé si me quede de pie o si me quede sentado, ni sé ni por cuanto tiempo estuve así.
Entre vagos recuerdos me parece que escuchaba el llanto de mi madre.
Cuando pude coordinar cuerpo y mente ya casi oscurecía y estaba sentado en la escalera fumando un cigarro. Pasadas unas horas estaba tratando de asimilar la noticia.
No sé si fue al segundo o tercer día que sepultamos a mi papá, como dicen en algunas culturas, “Sembrando Semilla de Hombre”
Cuando todo termino, la gente se comenzó a ir y yo me quede un tiempo más allí sentado a un lado de su nuevo hogar de mi papá. Recuerdo que ya casi a punto de irme dije:
“No te vas a ir así nada mas. No te puedes ir así”
Allí, en ese pequeño espacio quedo mi Padre. Allí quedaron sepultados mis recuerdos, mis momentos gratos. Parte de todo lo que vivimos como Padre e hijo, amigo, compañero de trabajo, enemigo, todo, todo quedo sepultado allí.
Ya no habría mas golpes ni regaños hacia mi pero me sentí desprotegido, solo.
Cada 21 de Marzo es el mismo sentir. Ese sentimiento de estar desprotegido, inseguridad. Cada año es lo mismo.
Aun me siento en la misma escalera a esperar en vano su regreso.
Mi madre tuvo la oportunidad de saber de él, no sé si mas de una vez pero también sé que este día le duele.
Mis hermanos también tuvieron la oportunidad de verlo en sus sueños, no sé si más de una vez. Mi hermana es la que si pudo verlo y mi papá le dijo adiós.
Mis sobrinas, creo que Jessy fue la única que lo vio y dejo un recado para nosotros.
Yo solo tuve la oportunidad de verlo en mis sueños, platicar con él y que me dijera como fueron esos últimos momentos.
Un día como hoy, mi padre decidió elevar su vuelo.
En 1981 tuvo un derrame cerebral que le paralizo medio cuerpo. Fue una fortuna el que haya salido de su coma y que haya tenido una oportunidad de estar 10 años mas con nosotros.
Él nos platicaba que mientras duró su inconciencia, vio una luz muy fuerte y que volteaba hacia atrás y veía su cuerpo en una camilla. En 1981 yo tenía 16 años, mi hermana 17, mi hermano menor 15 y el más chico de todos tenia 13. Me imagino que siempre nos vio como niños porque en su momento de inconciencia pidió una oportunidad para vernos crecer, él decía que todavía éramos unos niños. Pidió una oportunidad de vernos crecer y de que nos valiéramos por nosotros mismos.
Se le concedió.
Después de un coma de 15 días, despertó y comenzó una ardua recuperación.
Los problemas nunca faltaron en la casa. Su carácter se amargo, se hizo duro y yo, como su brazo derecho y compañero de trabajo, me tocó lidiar con todo esto.
Los enfrentamientos verbales fueron siendo más continuos hasta que llego el momento de separarnos. El negocio del cual mi papá era dueño no pudo soportar las crisis económicas del país y cerramos el negocio.
Yo anduve trabajando en varios lugares y mi papá se asoció con un amigo y empezaron otro negocio. Ocasionalmente me pedía ayuda y siempre estaba yo allí.
El 21 de Marzo de 1991 mi papá se levanto y pregunto si ya había yo llegado. La respuesta de mi mamá fue que no. Mi papá dijo “a ver si llega hoy y le dices que necesito que me ayude en un trabajo”. Se despidió de mi madre y salió para no regresar.
Solo nos enteramos que llego a la estación del Metro San Joaquín, se acercó a un policía del Metro y le pidió permiso para usar un sanitario. Al ver la situación física de mi padre, el guardia accedió y le abrió uno de los baños.
El guardia dijo que lo dejo y que le recomendó que cuando terminara, cerrara la puerta y le avisara para cerrar con llave.
Pasado un rato, el guardia olvido que mi papá estaba en el baño y pensó:
“El señor ya se fue y no me aviso”
Fue al baño y notó que estaba cerrado por dentro y comenzó a tocar y a preguntar si aun estaba allí.
Al no obtener respuesta, dio aviso para que se abriera la puerta y cuando lo lograron, allí estaba mi papá. Cualquier intento por rescatarlo fue inútil, él ya no estaba, se había ido. Su alma abandonó su cuerpo. Devolvió al viento el aire de vida que tenia. Devolvió a la tierra el polvo del que estaba hecho.
Mi padre fue duro con nosotros pero aprendimos a quererlo.

Hoy no es su cumpleaños, pero de alguna manera lo recuerdo hoy muy en especial.
Así como celebro su vida, también celebro su muerte.
Gracias por todo lo que brindaste Padre.

En el aire en que estés
En el sueño que te envuelve
En la tierra que te cubre
En cualquier lugar estas presente
El llevarte en la memoria no basta
El llevarte en el alma es lo que importa