Hay historias de familia que a veces me pongo a recordar
en largas pláticas con mi mamá.
Hay veces que recordamos la familia de mi papá, otras de
la familia de mi mamá, conocidos del barrio que se hicieron populares por su
vida y por su muerte.
Una de las historias que me gusta, es la de Cachón y
Margarita.
Cuenta la historia que:
Un primo de mi
abuelita (Valentín Sánchez) que vivía por el rumbo de Nonoalco, en una noche de
lluvia y tempestad, regresaba a su casa y entre el agua que corría por su
camino, a lo lejos vio una maleta que llevaba el agua. Llevado por la
curiosidad decidió rescatar la maleta.
Con muchos esfuerzos pudo alcanzarla y la llevó a su
casa.
Una vez instalado en su casa abrió la maleta y, Oh
sorpresa!!! La maleta estaba llena de monedas de oro y billetes.
Una vez contabilizado el dinero, decidió irse a vivir a
Santa Rosa Jáuregui (Querétaro) en donde
compró ganado, terrenos y se estableció como todo un ganadero.
Allá se casó y tuvo a sus hijos, entre ellos una mujer de nombre Adela, supongo que sería Sánchez.
Sus primos de la Ciudad de México (incluida mi abuelita) fueron de visita a Santa Rosa Jáuregui y allí Adela conoció a un sobrino de mi abuelita de nombre Francisco Vázquez (Cachón para los cuates). Para fines genealógicos, Adela y Francisco vendrían a ser primos lejanos, pero bien dice el dicho:
Allá se casó y tuvo a sus hijos, entre ellos una mujer de nombre Adela, supongo que sería Sánchez.
Sus primos de la Ciudad de México (incluida mi abuelita) fueron de visita a Santa Rosa Jáuregui y allí Adela conoció a un sobrino de mi abuelita de nombre Francisco Vázquez (Cachón para los cuates). Para fines genealógicos, Adela y Francisco vendrían a ser primos lejanos, pero bien dice el dicho:
“A la Prima ……….. Se le estima”
Cachón era primo de mi mamá. Cuando mi mamá tenía escasos
8 o 10 años, Cachón era un joven de 17 o 18 años aproximadamente y tenía una
motocicleta en la que continuamente se iba a visitar a Adela a Santa Rosa Jáuregui.
Allá se pasaba uno o dos días y se regresaba. La relación iba bien y se hablaba
de matrimonio.
Mucho tiempo duró así la situación hasta que una ocasión
regreso con el corazón destrozado.
Según cuenta mi mamá que regresó llorando y le dijo a mi mamá:
- Ya no me voy a casar con Adela
Según cuenta mi mamá que regresó llorando y le dijo a mi mamá:
- Ya no me voy a casar con Adela
* ¿Por qué?
- Ya terminamos
Cachón trato de hacer su vida en la ciudad y al poco tiempo de haber terminado con Adela, encontró la manera de llenar el vacío que Adela había dejado.
Conoció a Margarita y ella quedó impresionada de la personalidad de Cachón.
¿Quién era Margarita?
Por el rumbo de Nonoalco había lugares con miras a ser grandes casas, mientras, a mediados de los años 50’s, eran terrenos apenas habitables. Ella vivía en una casa tipo vecindad.
De tez muy blanca, labios rosas, cabello dorado y unos
ojos grises que se veían de los más hermosos cuando sonreía.
La mamá de Margarita trabajaba en una casa como “sirvienta”.
Tuvo una relación con un español, dueño de la casa en la
que trabajaba y de esa relación, quedó embarazada de Margarita.
Una vez aliviada, fue corrida de la casa y con la
responsabilidad de una niña. Al poco tiempo encontró otro trabajo y tiempo
después conoció a una persona que se hizo cargo de la niña y posteriormente
Margarita tuvo una hermana.
Cachón y Margarita se han deber conocido allá por 1956 o
1958 y al poco tiempo de conocerse, decidieron casarse.
Esté matrimonio dio vida a 6 hijos y duró aproximadamente unos 10 años.
Esté matrimonio dio vida a 6 hijos y duró aproximadamente unos 10 años.
Yo, cuando niño, conocí a Margarita y en repetidas
ocasiones llegue a escuchar malas palabras de él hacía ella como:
- Tu sabias que el amor de mi vida era Adela
- Me casé contigo por despecho
- Me casé contigo por despecho
Y cosas así que seguramente harían que los ojos de
Margarita pasaran de la hermosura a un mirar hermoso triste.
Mientras Margarita daba a luz a su sexto hijo, algo se
les pasó a los doctores y dejaron parte de la placenta dentro del cuerpo de
Margarita. Como era de esperarse, la placenta se comenzó a descomponer e
inmediatamente lleno de cáncer el cuerpo de aquella bella mujer.
No duró mucho en esta situación y falleció
aproximadamente a principios de los 70’s.
Cachón se hizo cargo de sus hijos y se multiplicó para
las comidas, escuelas y trabajo y sacó adelante a sus hijos.
Algunos de los hijos se casaron y partieron del lado del
padre.
A medados de los años 90’s, en la zona de Iztapalapa
mataron a dos de sus hijos.
No saben los que pasó. Solo aparecieron los cuerpos de los muchachos encajuelados. Esto fue un golpe duro para Cachón pero que logró sobrellevar.
No saben los que pasó. Solo aparecieron los cuerpos de los muchachos encajuelados. Esto fue un golpe duro para Cachón pero que logró sobrellevar.
Parecía que la vida de Cachón seguiría así por un tiempo
hasta que una tarde, a lo lejos, en una calle del centro de la ciudad, Cachón pudo
ver a una mujer que caminaba sola.
Se acercó y se paró junto a ella.
Se quedaron viendo y se abrazaron. Me imagino que el
gusto de verse después de más de 30 años de no verse fue enorme y no hacían falta
palabras.
Ambos se contaron su vida y de cómo habían sobrellevado
la ausencia.
Adela, aun viviendo en Santa Rosa Jáuregui, se casó con
un cobrador de una línea de autobuses locales. Tuvo sus hijos y al
fallecimiento de sus padres decidió radicar en la Ciudad de México,
curiosamente a 10 minutos de donde Cachón vivía.
Nunca se encontraron, nunca se buscaron, solo tuvieron
que esperar a ser viejos para que la vida los volviera a juntar.
Después de salir varias veces juntos, ellos decidieron hablar con sus hijos y comunicarles de su decisión de unir sus vidas en matrimonio.
Después de salir varias veces juntos, ellos decidieron hablar con sus hijos y comunicarles de su decisión de unir sus vidas en matrimonio.
Los hijos de ambos estuvieron de acuerdo con la decisión
de ambos y en breve comenzarían los preparativos de una boda que tuvo que
esperar muchos años.
Quizá ellos ya habían planeado cómo querían continuar y terminar
sus vidas, solo faltaba lo que el destino les tenía preparado como regalo.
Adela Sánchez fallecería de una falla en el corazón meses
después de su reencuentro con Cachón.
A los pocos meses de que Adela había fallecido, Cachón
entrego su vida igualmente de una falla del corazón.
No estaban destinados a estar juntos en esta vida.