viernes, 4 de febrero de 2011

A mis ya 46


A mis ya 46
Mi padre tenía mucha ilusión de llegar a sus 50 años, se quedo en el camino a meses de ver su sueño cumplido.
A mí no me ilusiona mucho la idea de seguir cumpliendo. Más bien me gustaría quedarme en esta edad para siempre. Digo, no me gustaría morir a esta edad pero si me gustaría que el tiempo se detuviera un momento. Que tenga yo la oportunidad de disfrutar de todas las cosas que tengo, que no son muchas, pero son mías.
A mis ya 46, pasado el torbellino de la juventud, pasados esos años en que probé gran variedad de alcohol y sus derivados; después de probar drogas hasta reventar y terminar casi loco, bueno, así quede; después de ver pasar amigos y enemigos, de ver como unas vidas se extinguen y otras llegan, de ver que las personas que estimo y quiero unas se van para siempre y otras llegan a llenar el hueco que dejaron; después de un casi infarto y 11 días de hospitalización y que lo único bueno es que se haya muerto la parte de mi corazón en donde estaba acumulando rencores, odios, dudas y todos los recuerdos malos que venían persiguiéndome como fantasmas. Hay uno que otro eslabón que sigo arrastrando pero ya no pesa tanto como la cadena completa.
A mis ya 46 hoy disfruto mas de las cosas. Cuando salgo de paseo con mi chaparrita, caminamos tomados de la mano, como 2 chamacos que se escapan y se van escondiendo de las miradas o comentarios. Como dos chamacos que solo buscan divertirse, disfrutando la compañía, besándose las manos, con caricias atrevidas y sin dejar de decirnos cuanto nos queremos.  Somos ese par de viejos que regresan a su juventud.
No sé en donde lo leí pero decía algo así como “si pudiera regresar el tiempo y volver a vivir con la experiencia que hoy tengo”. Yo no, yo si pudiera volver a vivir lo mismo que he vivido, lo viviría de nuevo. No hay nada como el sabor del primer beso, la primera relación, la primera borrachera, el primer cigarro, el dolor de las primeras ausencias, porque hasta eso, de los errores también se vive, son experiencias, malas o buenas, son experiencias y allí estarán acompañando toda la vida.
A mis ya 46, la música sigue impactándome, me sacude, me estremece, me sube al cielo y otras me clava en el suelo en una fosa sin flores y sin tierra que me cubran.
Como no disfrutar de A day in a Life, The Crystal Ship, Play with Fire,  Us & Them y tantas otras que tendría que dedicar un entrada completa solo para las canciones que me gustan. Es solo cerrar los ojos, olvidarse que hay problemas en el mundo y dejarse llevar por voces y sonidos mágicos, dejarnos llevar a los mundos en los que quisimos vivir  y que jamás existieron.
A mis ya 46 sigo sin tramitar mi cartilla de servicio militar; sigo votando para satisfacer el hambre y sed de poder a los políticos. Los sigo manteniendo en engorda para que cuando mueran, los gusanos tengan más carne podrida que comer. Pobre gente sin alma. Y pensar que  heredan a su descendencia la misma enfermedad. Y pensar que todos terminamos nuestro camino y nos vamos como llegamos, sin nada.
Si, amo a mi país, a mi mundo, a mi gente, mis raíces, mi vida, me siento orgulloso de la historia que vengo arrastrando y sé que si no he hecho algo bueno por mi tierra y por mi mundo, tampoco he hecho algo malo.
A mis ya 46, quisiera que las cosas continuaran por un tiempo más, solo un tiempo más.

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